La casa es de estilo colonial, con una fachada blanca y detalles en tonos pastel que le dan un aire tradicional y acogedor. Sus grandes ventanas permiten la entrada de mucha luz natural, iluminando los espacios interiores que están decorados con muebles antiguos y adornos vintage. El jardín, lleno de flores de colores vibrantes y árboles frondosos, es el complemento perfecto para esta pintoresca casa de campo. Con su ambiente tranquilo y lleno de encanto, esta casa es el refugio ideal para desconectar del ajetreo diario y disfrutar de la paz y la serenidad que solo un lugar así puede ofrecer.
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