DESCRIPCIÓN:
Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo situado en las montañas, vivía una joven llamada María. Ella era conocida por su belleza y su amabilidad, y todos en el pueblo la adoraban. María pasaba sus días cuidando de su familia, trabajando en el campo y ayudando a los más necesitados.
Un día, mientras María paseaba por el bosque, se encontró con un anciano que parecía estar perdido. Sin dudarlo, se acercó a él y le ofreció su ayuda. El anciano le explicó que estaba buscando una planta muy rara que solo crecía en aquella zona y que necesitaba para curar a su nieto enfermo.
María, con su corazón lleno de compasión, se ofreció a ayudar al anciano a buscar la planta. Juntos recorrieron el bosque durante horas, hasta que finalmente la encontraron. El anciano, emocionado y agradecido, le dijo a María que había sido enviada por los dioses para ayudarle.
Desde ese día, María se convirtió en una leyenda en el pueblo. La gente hablaba de su generosidad y de su capacidad para ayudar a los demás. Se decía que tenía el don de sanar a los enfermos con solo tocarlos, y que su presencia traía paz y armonía a todos los que la rodeaban.
María se convirtió en la protectora del pueblo, dedicando su vida a ayudar a los más necesitados y a difundir amor y compasión por doquier. Su historia se transmitió de generación en generación, recordando a todos que el verdadero poder está en la bondad y en la generosidad hacia los demás. Y María, la joven de la montaña, se convirtió en un ejemplo de luz y esperanza para todos los que la conocieron.
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