DESCRIPCIÓN:
En una soleada mañana de primavera, María decidió dar un paseo por el parque. El aire fresco y la brisa suave acariciaban su rostro mientras caminaba entre los árboles y las flores en su esplendor. El verde intenso del césped contrastaba con el azul claro del cielo, creando un paisaje digno de admirar.
María se detuvo a contemplar un lago cercano, donde los patos nadaban tranquilamente y las aves revoloteaban en busca de alimento. El sonido de sus cantos llenaba el ambiente de armonía y paz, transportando a María a un estado de tranquilidad y serenidad.
Mientras seguía su paseo, se cruzó con un grupo de niños que jugaban felices en el parque, riendo y corriendo sin parar. Su risa contagiosa alegró el corazón de María, recordándole la importancia de disfrutar de los pequeños momentos de la vida y de mantener viva la chispa de la ilusión.
Al final de su paseo, María se sentó en un banco y cerró los ojos, respirando profundamente el aire fresco y perfumado por las flores. Se sentía agradecida por poder disfrutar de la belleza de la naturaleza y por la paz que le brindaba aquel momento de conexión con el entorno.
Así, María regresó a su casa con el corazón lleno de alegría y gratitud, sabiendo que siempre podía encontrar momentos de felicidad y paz en la naturaleza que la rodeaba.
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