DESCRIPCIÓN:
Hace algunos años, en un pequeño pueblo cercano a la montaña, vivía una joven llamada María. Su vida transcurría entre las tareas cotidianas del hogar y su trabajo en el campo. María era una persona humilde y trabajadora, siempre dispuesta a ayudar a los demás.
Un día, mientras caminaba por el bosque en busca de leña, María se encontró con una extraña figura encapuchada. Al principio, sintió miedo, pero pronto se dio cuenta de que se trataba de un anciano que había perdido el camino. Sin dudarlo, María decidió guiarlo de regreso a su hogar.
El anciano, agradecido por la ayuda de María, le dijo que tenía un don especial y le entregó una varita mágica. María, incrédula al principio, decidió probarla y descubrió que podía ayudar a las plantas a crecer más rápido y a curar a los animales enfermos.
Desde ese día, María se convirtió en la protectora de la naturaleza en su pueblo. Utilizaba su varita mágica para sanar las heridas de la Tierra y cuidar de todos los seres vivos que habitaban en ella. Su bondad y generosidad hicieron que su fama se extendiera por toda la región, convirtiéndola en una leyenda viva.
A partir de entonces, María se convirtió en un ejemplo de dedicación y amor por la naturaleza, inspirando a todos a su alrededor a cuidar y respetar el mundo que nos rodea. Su historia perduró a lo largo de los años, recordándonos que con un poco de bondad y magia podemos hacer del mundo un lugar mejor.
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