DESCRIPCIÓN:
Hace mucho tiempo, en un lejano pueblo situado en las montañas, vivía una joven llamada María. Ella era conocida por su bondad y su dedicación hacia los demás, siempre dispuesta a ayudar a quien lo necesitara. María trabajaba como costurera en el pueblo y se destacaba por su habilidad para crear hermosas prendas con su máquina de coser.
Además de su trabajo, María también se dedicaba a cuidar de su abuela, quien vivía con ella en una pequeña casa al borde del bosque. La abuela de María era una mujer sabia y cariñosa, que le había enseñado todo lo que sabía sobre la vida y el amor. Juntas pasaban largas tardes conversando y recordando viejas historias de la familia.
Un día, mientras María caminaba hacia el río para lavar la ropa, se encontró con un anciano que parecía perdido. El anciano le contó que se había separado de su familia y que no sabía cómo regresar a su casa. María, con su corazón bondadoso, decidió llevarlo a su casa y cuidarlo hasta que pudiera encontrar el camino de vuelta. Durante su estancia, el anciano le contó historias increíbles sobre su vida y le enseñó lecciones valiosas sobre la importancia de la bondad y la generosidad.
Finalmente, el anciano logró reencontrarse con su familia y María se sintió feliz de haberle ayudado. Desde entonces, su fama de buena persona se extendió por todo el pueblo y todos la admiraban por su enorme corazón. La abuela de María no podía estar más orgullosa de su nieta y juntas seguían compartiendo momentos inolvidables llenos de amor y compasión.
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