El edificio de estilo renacentista destaca por su elegante fachada de piedra tallada y sus imponentes columnas corintias que enmarcan la entrada principal. Las ventanas en arco, adornadas con elaboradas molduras, aportan una sensación de esplendor y grandiosidad al conjunto arquitectónico. El tejado a dos aguas, revestido de tejas de cerámica roja, resalta la simetría y equilibrio de la estructura. En su interior, se pueden apreciar techos abovedados ricamente decorados, pisos de mármol y majestuosas escalinatas que dan acceso a las distintas dependencias del edificio. Sin duda, esta obra maestra de la arquitectura es un auténtico tesoro que refleja el esplendor y la opulencia de la época en la que fue construido.
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