La mansión de estilo victoriano se alza majestuosamente en medio de un exuberante jardín, con sus enredaderas trepando por las paredes de ladrillo rojo y sus ventanales adornados con vidrieras multicolores. Sus techos puntiagudos y torres imponentes se recortan contra el cielo azul, creando una estampa digna de un cuento de hadas. Al entrar en la mansión, se puede apreciar la opulencia de su decoración, con muebles de madera tallada, cortinas de terciopelo y candelabros de cristal. Los salones están adornados con obras de arte y alfombras persas, creando un ambiente de elegancia y sofisticación. Los jardines que rodean la mansión están cuidados hasta el último detalle, con estatuas de mármol, fuentes de agua cristalina y rosales en plena floración. Es un lugar que parece detenido en el tiempo, donde el lujo y la belleza se mezclan para crear un ambiente único y encantador.
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