DESCRIPCIÓN:
El pequeño gatito de color blanco y negro jugaba feliz en el jardín de su casa. Saltaba de un lado a otro persiguiendo mariposas y correteando entre las flores, sin preocupaciones ni miedos. El sol brillaba en el cielo azul y una suave brisa acariciaba su pelaje, haciéndolo sentirse más vivo que nunca. De vez en cuando, se detenía a oler una flor o a investigar un insecto curioso, siempre con curiosidad y alegría en sus ojos brillantes.
Después de un rato de jugar, el gatito decidió recostarse en la sombra de un árbol y descansar un poco. Se sentía pleno y satisfecho, disfrutando de la tranquilidad y la belleza del día. Cerró los ojos y se dejó llevar por el suave sonido del viento entre las hojas, respirando profundamente el aroma fresco de la hierba.
Así pasó el tiempo, con el gatito disfrutando de la naturaleza y de su libertad, sin preocuparse por nada más que por disfrutar del momento. Y así, en medio de la paz y la armonía del jardín, el pequeño felino se sentía completamente feliz y en contacto con su esencia más pura y salvaje.
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